lunes, 23 de abril de 2012

Y CRISTIANO NOQUEÓ AL BARÇA

Buenas

No estuve realmente nervioso por el clásico liguero del pasado sábado 21 de Abril hasta que quedaban 5 minutos para que empezara el partido. Pero cuando llegué a ese momento, la tensión solo se relajó en el descanso, y no dejé de estar nervioso en las siguientes 2 horas, prácticamente. Hasta que acabó el partido.

Y es que tanto Madrid como Barça necesitaban ganar (aunque al madrid un empate, y más siendo en el Camp Nou, no le venía mal). El Barça para tener opciones claras al título liguero, y el Madrid porque si vencía, prácticamente se llevaba la liga. No matemáticamente, pero se la "aseguraba". Además, era un golpe muy duro al directo rival, al mejor equipo del mundo: derrotados en su feudo, y con la liga mucho más cerca.

Por si fuera poco, una victoria "despejaba" los fantasmas de años anteriores, en patidos llenos de impotencia, de juego madridista impreciso, espeso, demasiado defensivo y cobarde. Como dije en muchas otras ocasiones, las victorias del Barça fueron siempre justas y merecidas. Pero también estoy seguro de que la diferencia real entre los 2 equipos no eran los 5-0, 6-2 o 1-3 que le cascó el Barça al equipo merengue. Todo pasaba por organizarse mejor, jugarle de tú a tú, y sacar a relucir la calidad inherente a todos los jugadores blancos.

Y así fue el sábado. Un partido táctico, hermoso a su manera, con ocasiones, momentos para el recuerdo, y una alegría madriditsa desatada en cada uno de los 2 goles blancos.

Pero especialmente para mi recuerdo y el de muchos madridistas quedará el segundo gol, el de la victoria, el que protagonizaron Ozil y Cristiano Ronaldo. Porque estaban injustificadas (yo lo tenía clarísimo) todas las críticas a Cristiano sobre que no aparece en las grandes citas. O que no se luce. O que no decide. O que desaparece.

Porque Ronaldo apareció como una moto, para superar con una velocidad de atleta a los 2 defensas culés, para sacar de quicio al portero blaugrana, para rematar de una manera exquisita y, porque no, para dirigirse hacia la afición culé que abarrotaba el Camp Nou como antaño hizo el capitán Raul en aquel famoso gesto silenciandolos a todos, y decirles: "¡Calma, que yo estoy aquí!"

Es cierto que cualquiera de los 2 equipos se hubiera merecido la victoria, ya que fue un grandísimo partido. Pero esta vez, la calidad decisiva la impuso el conjunto madridista. Y yo, tan contento, con un partido que recordaré siempre, y que puede significar el título de una liga deseada durante años. Ya casi es nuestra.

El resumen del partido (si lo borran volveré a subirlo en cuanto pueda).



Un saludo,

Hasseo.

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