Mientras pongo a cargar mi mp3 en el ordenador, leo con estupor aquí que aunque la mortalidad en carretera en 2011 ha descendido en un 8,5 por ciento con respecto a 2010, este fin de semana se ha registrado un dato alarmante en esto de muertes en accidentes de tráfico: 28 víctimas.
Muchos de ellos, probablemente volvían o se dirigían hacia su lugar de vacaciones habitual, y otros estaban "de fiesta". A la par de todo esto, oigo por el telediario esta mañana que de esos 23 accidentes (28 fallecidos), alrededor del 90 por ciento se ha debido a que los vehículos circulaban a una velocidad mayor de la permitida en el lugar.
No es cuestión de hacer juicios de valor y demás, pero si que me gustaría decir que, después de cifras como estas, que OJO, no son nuevas porque desde hace años se viene diciendo que el más del 80 por ciento de accidentes se deben al exceso de velocidad y de todos ellos más del 70 por ciento estan motivados directamente por el consumo de alcohol y demás sustancias estupefacientes, parece que no aprendemos. Es como si el conductor español (no se como les irá fuera de aquí) no escuchara los datos y, confiando en su "destreza" y "buen hacer" se dejara llevar por el "si voy a la velocidad que toca no llegaré", "cuando bebo mis reflejos aumentan", "por una vez no pasa nada" o el inigualable "si eso lo hace todo el mundo".
Todo esto pasa en un contexto social en el que hace tan solo 2 meses se rebajo el límite de velocidad en carretera de 120 a 110 kilómetros por hora, y "gracias" al buen juicio de los conductores de éste nuestro querido país, hace unos pocos días se ha vuelto a colocar a 120. Parece que vivimos en un mundo en el que queremos todo para YA, que la virtud llamada paciencia ha desaparecido, y que todo lo que implique un mínimo esfuerzo en detrimento de un poco menos de "diversión" no es necesario.
¿De verdad es TAN importante llevar el coche por la autopista a 150 (a menos que se pase por un radar) para llegar 1 hora antes a tu destino vacacional? ¿Tan agónico es no poder beber una noche para encargarte de conducir sin problemas? ¿Tan dificil es hacer turnos entre los colegas para conducir en fin de semana? ¿Tan complicado es seguir las indicaciones de las señales de tráfico? Y por último... ¿Podemos considerarnos buenos conductores?
El verdadero problema no es solo que esta gente muera por cosas como las que he comentado. Al fin y al cabo, aunque sea una desgracia, esta gente muere por imprudencias cometidas por ellos mismos. Es como si nos metieramos en la jaula de un león hambriento para hacerlo enfadar y probar a ver si podemos esquivarle y salir con vida ilesos. El riesgo es alto.
El verdadero problema de todo esto es que, esta gente, al comportarse de esa manera, no hace más que poner en peligro la vida de muchos otros conductores que puede que nada tengan que ver con la irresponsabilidad de estos "ases del volante". Un ejemplo claro lo tenemos en los ultimos días con el caso de Ortega Cano, el famoso torero. El susodicho sufrió un accidente gravísimo hace cosa de un mes, del cual se está recuperando (aún habiendo estado al borde de la muerte). En ese accidente, ha muerto un chico joven, que conducía el coche con el que colisionó el torero. Pues bien, se ha demostrado finalmente que el señor Cano llevaba varios kilómetros conducioendo haciendo "eses", y triplicaba el máximo de alcohol permitido. Total, que va aser juzgado por homicidio imprudente. No me gustaría estar en su pellejo, sobre todo a nivel emocional.
¿En manos de quien está cambiar esa situación? Por mi parte, es obvio que las campañas del gobierno y el regular los índices de velocidad es importante, pero lo realmente clave y vital es nuestra manera de conducir, la de todos y cada uno de nosotros, en especial de los jóvenes. Poco más hay que decir al respecto, pero ¿Quien me dice que la próxima vez que coja el coche no me encontraré con uno de estos "fernando alonsos"? Menos mal que cojo el coche lo justo y necesario.
Un saludo,
Hasseo.
Muchos de ellos, probablemente volvían o se dirigían hacia su lugar de vacaciones habitual, y otros estaban "de fiesta". A la par de todo esto, oigo por el telediario esta mañana que de esos 23 accidentes (28 fallecidos), alrededor del 90 por ciento se ha debido a que los vehículos circulaban a una velocidad mayor de la permitida en el lugar.
No es cuestión de hacer juicios de valor y demás, pero si que me gustaría decir que, después de cifras como estas, que OJO, no son nuevas porque desde hace años se viene diciendo que el más del 80 por ciento de accidentes se deben al exceso de velocidad y de todos ellos más del 70 por ciento estan motivados directamente por el consumo de alcohol y demás sustancias estupefacientes, parece que no aprendemos. Es como si el conductor español (no se como les irá fuera de aquí) no escuchara los datos y, confiando en su "destreza" y "buen hacer" se dejara llevar por el "si voy a la velocidad que toca no llegaré", "cuando bebo mis reflejos aumentan", "por una vez no pasa nada" o el inigualable "si eso lo hace todo el mundo".
Todo esto pasa en un contexto social en el que hace tan solo 2 meses se rebajo el límite de velocidad en carretera de 120 a 110 kilómetros por hora, y "gracias" al buen juicio de los conductores de éste nuestro querido país, hace unos pocos días se ha vuelto a colocar a 120. Parece que vivimos en un mundo en el que queremos todo para YA, que la virtud llamada paciencia ha desaparecido, y que todo lo que implique un mínimo esfuerzo en detrimento de un poco menos de "diversión" no es necesario.
¿De verdad es TAN importante llevar el coche por la autopista a 150 (a menos que se pase por un radar) para llegar 1 hora antes a tu destino vacacional? ¿Tan agónico es no poder beber una noche para encargarte de conducir sin problemas? ¿Tan dificil es hacer turnos entre los colegas para conducir en fin de semana? ¿Tan complicado es seguir las indicaciones de las señales de tráfico? Y por último... ¿Podemos considerarnos buenos conductores?
El verdadero problema no es solo que esta gente muera por cosas como las que he comentado. Al fin y al cabo, aunque sea una desgracia, esta gente muere por imprudencias cometidas por ellos mismos. Es como si nos metieramos en la jaula de un león hambriento para hacerlo enfadar y probar a ver si podemos esquivarle y salir con vida ilesos. El riesgo es alto.
El verdadero problema de todo esto es que, esta gente, al comportarse de esa manera, no hace más que poner en peligro la vida de muchos otros conductores que puede que nada tengan que ver con la irresponsabilidad de estos "ases del volante". Un ejemplo claro lo tenemos en los ultimos días con el caso de Ortega Cano, el famoso torero. El susodicho sufrió un accidente gravísimo hace cosa de un mes, del cual se está recuperando (aún habiendo estado al borde de la muerte). En ese accidente, ha muerto un chico joven, que conducía el coche con el que colisionó el torero. Pues bien, se ha demostrado finalmente que el señor Cano llevaba varios kilómetros conducioendo haciendo "eses", y triplicaba el máximo de alcohol permitido. Total, que va aser juzgado por homicidio imprudente. No me gustaría estar en su pellejo, sobre todo a nivel emocional.
¿En manos de quien está cambiar esa situación? Por mi parte, es obvio que las campañas del gobierno y el regular los índices de velocidad es importante, pero lo realmente clave y vital es nuestra manera de conducir, la de todos y cada uno de nosotros, en especial de los jóvenes. Poco más hay que decir al respecto, pero ¿Quien me dice que la próxima vez que coja el coche no me encontraré con uno de estos "fernando alonsos"? Menos mal que cojo el coche lo justo y necesario.
Un saludo,
Hasseo.
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